Dilemas regulatorios del modelo de activos emergentes: análisis del caso de Hainan Huatie
Recientemente, un experimento Web3 de una empresa que cotiza en la bolsa A ha generado una amplia atención. Esta empresa lanzó dos productos innovadores: uno es un NFT vinculado a los derechos de dividendos de las acciones, y el otro es un RWA( activo del mundo real) basado en el derecho de uso de dispositivos. A primera vista, esto parece ser una señal positiva de que las empresas tradicionales están adoptando la innovación digital, pero al analizarlo detenidamente, se encuentran numerosos riesgos legales y regulatorios.
Primero, el destacado proyecto NFT. Este NFT no solo es un coleccionable digital, sino que también promete derechos de ingresos por promoción de marca durante tres años consecutivos. Los poseedores, siempre que activen y bloqueen el NFT a través de la mini aplicación de la empresa dentro del tiempo especificado, podrán convertirse en "embajadores de la marca" y recibirán ingresos en efectivo equivalentes a la cantidad de dividendos de 50,000 acciones de la empresa cada año entre 2025 y 2027.
Las características centrales de este modelo incluyen: los ingresos están vinculados a los dividendos de las acciones de la empresa; es necesario reactivar la calificación cada año; la empresa se reserva el derecho de interpretación y el poder de cancelar la calificación; si un usuario hace comentarios que se consideran perjudiciales para la imagen de la marca, su calificación puede ser cancelada. En esencia, esto se asemeja más a un acuerdo desigual que intercambia derechos de ingresos por restricciones de comportamiento, en lugar de ser simplemente una colección digital.
En segundo lugar, están los proyectos RWA. La empresa afirma haber colaborado con una empresa Web3 para completar la emisión de los primeros 10 millones de yuanes en productos RWA no financieros. Este producto no implica la transferencia de la propiedad del equipo, sino que realiza una "mapeo digital" de los derechos de uso y operación del equipo, formando una estructura similar a una "tarjeta de membresía digital". Los usuarios pueden transferir o consignar estos derechos a través de la tecnología blockchain, mientras disfrutan de los derechos de uso o beneficios correspondientes.
El punto clave de este modelo RWA es: digitalizar el derecho de uso en lugar de dividir el activo; no constituye una transferencia de propiedad, por lo que evita temporalmente la regulación de valores; los activos están registrados en la cadena, pero la realización de derechos aún depende de procesos fuera de línea; se adopta un modelo híbrido de "alquiler de equipos + tarjeta de derechos Web3" para intentos de comercialización.
A primera vista, estas innovaciones parecen alinearse con el espíritu de Web3, logrando la digitalización de activos, incentivando a los usuarios y generando difusión de temas a corto plazo. Pero el problema radica en que estas "innovaciones" navegan en la zona gris de la regulación, e incluso intentan difuminar las fronteras legales.
Desde el punto de vista legal y regulatorio, este modelo presenta al menos tres problemas:
La estructura de derechos no es clara, la compensación de ingresos depende en exceso de la voluntad de la empresa, y los usuarios tienen dificultades para proteger efectivamente sus derechos. Ya sea el "ingreso equivalente a dividendos" de los NFT o el "derecho de uso de equipos" correspondiente a RWA, la realización final carece de un contrato legal real o del soporte de un contrato inteligente, dependiendo completamente de las reglas unilaterales de la empresa y del sistema técnico. Este modelo es esencialmente un compromiso unilateral de la empresa; si ocurre un incumplimiento o un cambio de reglas, los usuarios se encontrarán en una situación sin posibilidad de apelación.
Combinar "censura de opiniones" con "incentivos de ganancias" viola el principio de autonomía de la comunidad. La empresa estipula que se puede cancelar la elegibilidad de los usuarios debido a la publicación de opiniones desfavorables, esta práctica es en esencia una represión sistemática de la libertad de expresión de los usuarios. Esto va en contra de los principios de libertad y autonomía promovidos por Web3, y si se imita ampliamente, podría llevar a que los coleccionables digitales se conviertan en herramientas de relaciones públicas de las empresas.
La estructura RWA difumina los límites de los productos financieros, ocultando el riesgo de "recaudación de fondos ilegal por otros medios". Aunque el diseño actual evita temporalmente ciertas líneas rojas regulatorias, su esencia sigue siendo muy cercana a los "productos similares a la gestión de patrimonio". Si en el futuro el tamaño del proyecto se expande e introduce combinaciones de derechos o mecanismos de transacción más complejos, es muy probable que se toque la zona prohibida de la captación ilegal de depósitos del público, especialmente en el contexto actual de un endurecimiento de la regulación financiera, por lo que el riesgo no debe ser subestimado.
Para los usuarios comunes, es importante reconocer que este tipo de NFT son esencialmente solo un tipo de calificación para actividades, y no representan derechos de propiedad reales o certificados de acciones. Todos los derechos carecen de protección legal y fuerza ejecutiva judicial, y el riesgo depende completamente de la confianza en la empresa.
Para los emprendedores de Web3, este modelo no debe ser visto como un estándar de la industria. Aunque aborda problemas de difusión y popularidad, no ha manejado adecuadamente la cuestión de la propiedad legal y el mecanismo de confianza del usuario. Al diseñar productos de RWA, se debe comenzar desde la estructura de activos no financieros, sin ignorar aspectos clave como el cumplimiento, los contratos y la gobernanza. Los NFT pueden representar el valor de la marca y la interacción del usuario, pero no pueden reemplazar contratos legales, acciones y derechos, de lo contrario, podrían provocar graves consecuencias.
En general, aunque este caso ha generado un gran debate a corto plazo y ha mostrado cierta innovación, existen numerosos riesgos legales y regulatorios detrás de él. Como participantes de la industria, debemos buscar una innovación verdaderamente legal, transparente y sostenible, en lugar de utilizar un "empaquetado Web3" para encubrir los defectos del antiguo sistema y las relaciones desiguales. Desafiar las líneas rojas regulatorias no es lo mismo que un verdadero avance institucional; avanzar ciegamente puede traer consecuencias graves. En la exploración del ámbito Web3, necesitamos encontrar un equilibrio entre la innovación y el cumplimiento, promoviendo un desarrollo sano y sostenible de la industria.
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Proyecto de NFT de Huatie y RWA: exploración innovadora y coexistencia de riesgos regulatorios
Dilemas regulatorios del modelo de activos emergentes: análisis del caso de Hainan Huatie
Recientemente, un experimento Web3 de una empresa que cotiza en la bolsa A ha generado una amplia atención. Esta empresa lanzó dos productos innovadores: uno es un NFT vinculado a los derechos de dividendos de las acciones, y el otro es un RWA( activo del mundo real) basado en el derecho de uso de dispositivos. A primera vista, esto parece ser una señal positiva de que las empresas tradicionales están adoptando la innovación digital, pero al analizarlo detenidamente, se encuentran numerosos riesgos legales y regulatorios.
Primero, el destacado proyecto NFT. Este NFT no solo es un coleccionable digital, sino que también promete derechos de ingresos por promoción de marca durante tres años consecutivos. Los poseedores, siempre que activen y bloqueen el NFT a través de la mini aplicación de la empresa dentro del tiempo especificado, podrán convertirse en "embajadores de la marca" y recibirán ingresos en efectivo equivalentes a la cantidad de dividendos de 50,000 acciones de la empresa cada año entre 2025 y 2027.
Las características centrales de este modelo incluyen: los ingresos están vinculados a los dividendos de las acciones de la empresa; es necesario reactivar la calificación cada año; la empresa se reserva el derecho de interpretación y el poder de cancelar la calificación; si un usuario hace comentarios que se consideran perjudiciales para la imagen de la marca, su calificación puede ser cancelada. En esencia, esto se asemeja más a un acuerdo desigual que intercambia derechos de ingresos por restricciones de comportamiento, en lugar de ser simplemente una colección digital.
En segundo lugar, están los proyectos RWA. La empresa afirma haber colaborado con una empresa Web3 para completar la emisión de los primeros 10 millones de yuanes en productos RWA no financieros. Este producto no implica la transferencia de la propiedad del equipo, sino que realiza una "mapeo digital" de los derechos de uso y operación del equipo, formando una estructura similar a una "tarjeta de membresía digital". Los usuarios pueden transferir o consignar estos derechos a través de la tecnología blockchain, mientras disfrutan de los derechos de uso o beneficios correspondientes.
El punto clave de este modelo RWA es: digitalizar el derecho de uso en lugar de dividir el activo; no constituye una transferencia de propiedad, por lo que evita temporalmente la regulación de valores; los activos están registrados en la cadena, pero la realización de derechos aún depende de procesos fuera de línea; se adopta un modelo híbrido de "alquiler de equipos + tarjeta de derechos Web3" para intentos de comercialización.
A primera vista, estas innovaciones parecen alinearse con el espíritu de Web3, logrando la digitalización de activos, incentivando a los usuarios y generando difusión de temas a corto plazo. Pero el problema radica en que estas "innovaciones" navegan en la zona gris de la regulación, e incluso intentan difuminar las fronteras legales.
Desde el punto de vista legal y regulatorio, este modelo presenta al menos tres problemas:
La estructura de derechos no es clara, la compensación de ingresos depende en exceso de la voluntad de la empresa, y los usuarios tienen dificultades para proteger efectivamente sus derechos. Ya sea el "ingreso equivalente a dividendos" de los NFT o el "derecho de uso de equipos" correspondiente a RWA, la realización final carece de un contrato legal real o del soporte de un contrato inteligente, dependiendo completamente de las reglas unilaterales de la empresa y del sistema técnico. Este modelo es esencialmente un compromiso unilateral de la empresa; si ocurre un incumplimiento o un cambio de reglas, los usuarios se encontrarán en una situación sin posibilidad de apelación.
Combinar "censura de opiniones" con "incentivos de ganancias" viola el principio de autonomía de la comunidad. La empresa estipula que se puede cancelar la elegibilidad de los usuarios debido a la publicación de opiniones desfavorables, esta práctica es en esencia una represión sistemática de la libertad de expresión de los usuarios. Esto va en contra de los principios de libertad y autonomía promovidos por Web3, y si se imita ampliamente, podría llevar a que los coleccionables digitales se conviertan en herramientas de relaciones públicas de las empresas.
La estructura RWA difumina los límites de los productos financieros, ocultando el riesgo de "recaudación de fondos ilegal por otros medios". Aunque el diseño actual evita temporalmente ciertas líneas rojas regulatorias, su esencia sigue siendo muy cercana a los "productos similares a la gestión de patrimonio". Si en el futuro el tamaño del proyecto se expande e introduce combinaciones de derechos o mecanismos de transacción más complejos, es muy probable que se toque la zona prohibida de la captación ilegal de depósitos del público, especialmente en el contexto actual de un endurecimiento de la regulación financiera, por lo que el riesgo no debe ser subestimado.
Para los usuarios comunes, es importante reconocer que este tipo de NFT son esencialmente solo un tipo de calificación para actividades, y no representan derechos de propiedad reales o certificados de acciones. Todos los derechos carecen de protección legal y fuerza ejecutiva judicial, y el riesgo depende completamente de la confianza en la empresa.
Para los emprendedores de Web3, este modelo no debe ser visto como un estándar de la industria. Aunque aborda problemas de difusión y popularidad, no ha manejado adecuadamente la cuestión de la propiedad legal y el mecanismo de confianza del usuario. Al diseñar productos de RWA, se debe comenzar desde la estructura de activos no financieros, sin ignorar aspectos clave como el cumplimiento, los contratos y la gobernanza. Los NFT pueden representar el valor de la marca y la interacción del usuario, pero no pueden reemplazar contratos legales, acciones y derechos, de lo contrario, podrían provocar graves consecuencias.
En general, aunque este caso ha generado un gran debate a corto plazo y ha mostrado cierta innovación, existen numerosos riesgos legales y regulatorios detrás de él. Como participantes de la industria, debemos buscar una innovación verdaderamente legal, transparente y sostenible, en lugar de utilizar un "empaquetado Web3" para encubrir los defectos del antiguo sistema y las relaciones desiguales. Desafiar las líneas rojas regulatorias no es lo mismo que un verdadero avance institucional; avanzar ciegamente puede traer consecuencias graves. En la exploración del ámbito Web3, necesitamos encontrar un equilibrio entre la innovación y el cumplimiento, promoviendo un desarrollo sano y sostenible de la industria.