Los tokens de staking líquido (LST) surgieron para dar respuesta a un problema introducido por el mecanismo de staking de Ethereum: la inmovilización del capital. A cambio de contribuir a la seguridad de la red, los validadores reciben recompensas por staking, pero su ETH apostado queda ilíquido. Protocolos como Lido (stETH), Rocket Pool (rETH) y Coinbase (cbETH) lanzaron soluciones de staking tokenizado mediante las cuales se emiten tokens transferibles a cambio del ETH depositado. Estos tokens pueden utilizarse en DeFi sin dejar de generar recompensas por staking.
Los tokens de restaking líquido (LRT) retoman ese concepto y lo amplían al ámbito del restaking. En lugar de limitarse a representar ETH que genera recompensas de staking, los LRT reflejan ETH o LST delegados en EigenLayer, destinados a asegurar servicios adicionales. Esta capa extra de utilidad permite que el mismo capital obtenga varias fuentes de rendimiento: recompensas de staking en Ethereum, puntos o comisiones de EigenLayer y los incentivos del propio protocolo de LRT. El token LRT actúa como envoltorio componible que rastrea la posición de restaking.
La diferencia esencial está en la complejidad. Mientras los LST representan una única fuente de rendimiento derivada del staking en Ethereum, los LRT suponen posiciones más dinámicas: involucran varios servicios, riesgos de slashing adicionales y distintas capas de incentivos. Por ello, los LRT incorporan mecánicas de token más avanzadas, módulos de gobernanza y lógica de reembolso especialmente diseñada.
Un LRT se emite cuando un usuario deposita ETH o un LST en un protocolo de restaking líquido. Dicho protocolo, como Ether.fi o Renzo, delega el activo depositado en EigenLayer utilizando su propio conjunto de validadores autorizados o una red de operadores de nodos. El usuario recibe un LRT que rastrea el importe restaked, las recompensas previstas y la exposición proporcional a los AVS de EigenLayer.
Los LRT son fungibles y transferibles, por lo que pueden emplearse en pools de liquidez, mercados de préstamos y productos estructurados de rentabilidad. En segundo plano, el protocolo LRT administra de forma activa las delegaciones, la obtención de recompensas y la interacción con los AVS. Asimismo, monitoriza el riesgo de slashing y el rendimiento de los validadores. Algunos protocolos ofrecen funciones añadidas, como el auto-compounding de puntos EigenLayer o seguros internos frente al slashing.
A diferencia del restaking nativo, donde el usuario debe operar su propia infraestructura o actuar directamente sobre los contratos de EigenLayer, los LRT simplifican esta complejidad en un modelo de token accesible. Así, se crea un activo en cadena líquido que permite exponerse al restaking sin sacrificar liquidez.
Tanto los LST como los LRT desbloquean liquidez para el ETH en staking, pero su lógica de funcionamiento es diferente. Los LST representan posiciones de staking puras sobre la capa de consenso de Ethereum. Son gestionados de manera pasiva por protocolos que agrupan ETH y reparten recompensas. Su riesgo se limita al rendimiento del validador, conforme a las reglas del protocolo de Ethereum.
Los LRT, por su parte, reflejan posiciones delegadas sobre una segunda capa de staking regida por EigenLayer y sus AVS. Esto introduce variables nuevas, como reglas de slashing externas, múltiples fuentes de recompensa y dependencias entre protocolos. Así, mientras los LST soportan el riesgo de la capa base de Ethereum, los LRT asumen riesgos adicionales de capa de aplicación, derivados de los servicios que securizan.
Destaca también la diferencia en composabilidad. Los LST tienen un uso extendido en protocolos DeFi como colateral, para trading y farming. Los LRT están empezando a integrarse de manera similar, pero con mayor complejidad. Las integraciones DeFi deben contemplar condiciones específicas de EigenLayer, lógica de slashing y colas de retirada del restaking. Por ello, la composabilidad de LRT exige infraestructura más sólida e integración más estrecha con los sistemas de recompensas en cadena.
En 2025, varios protocolos se consolidan como líderes en el mercado de LRT. Ether.fi y Renzo gestionan miles de millones en valor restaked y figuran entre los principales actores. Ether.fi lanzó eETH y weETH como tokens líquidos de restaking, destacando funciones como auto-compounding, agregación de comisiones AVS y un marketplace avanzado de validadores. Renzo presentó ezETH, enfocado en integración DeFi desde el principio y el acceso temprano al rendimiento de los AVS. Ambos protocolos integran los nuevos módulos de slashing y el sistema de bóvedas delegadas de EigenLayer.
Entre otros proyectos destacados figuran Puffer, que combina la emisión de LRT con incentivos para descentralizar la validación, y Kelp DAO, que apuesta por un modelo de restaking gestionado por la comunidad. Swell ha desarrollado su propia estrategia de LRT sobre swETH, orientada a optimizar la acumulación de puntos EigenLayer y el farming de stablecoins.
Estos protocolos compiten mediante mejoras en la experiencia de usuario, estructuras de comisiones, programas de fidelización y sistemas de gestión de riesgos. Algunos incluyen sistemas de «puntos» vinculados a futuros airdrops, mientras otros priorizan comisiones bajas o el rebalanceo automático. Conforme el mercado madura, los protocolos LRT se diferencian cada vez más por su forma de gestionar la exposición a AVS y la distribución de recompensas.
Uno de los avances clave de Liquid Restaking 2.0 es el estándar LRT²: un marco de recompensas modular que unifica la forma en que los LRT agregan, monitorizan y distribuyen las recompensas de restaking. En las primeras etapas del restaking líquido, cada protocolo emitía sus recompensas de manera independiente. Esto suponía que los usuarios recibían puntos de EigenLayer, comisiones de AVS e incentivos propios del protocolo en sistemas aislados, provocando experiencias dispares y una contabilidad poco transparente.
LRT² resuelve este problema mediante una arquitectura común de distribución de recompensas. Cada LRT emitido bajo este marco accede a una bóveda de recompensas compartida, donde multiplicadores de puntos, curvas de comisiones y recompensas ponderadas por tiempo se gestionan con transparencia. Este diseño modular permite comparar de forma eficaz las oportunidades de rendimiento entre protocolos y AVS, garantizando la trazabilidad y la estandarización de la participación en restaking.
Los protocolos que implementan LRT² pueden delegar automáticamente en bóvedas AVS, que publican en cadena sus estructuras de comisiones y reglas de slashing. Así se crea un mercado competitivo de seguridad, alineando a los restakers con los AVS que ofrecen las mejores recompensas y fiabilidad.
La adopción de LRT² representa el paso de un ecosistema fragmentado, con lógicas de incentivos aisladas, hacia un estándar componible y multiprotocolo que impulsa la interoperabilidad y la evolución sostenible del sector.
Mientras EigenLayer se centra en Ethereum, nuevos protocolos como Symbiotic llevan el restaking a otras cadenas y clases de activos. Symbiotic propone un marco de restaking independiente del tipo de activo, compatible con ETH, LST, stablecoins e incluso activos envueltos de Bitcoin. Su arquitectura separa la capa de seguridad del activo apostado, permitiendo que nuevos servicios y rollups generen confianza con diferentes tipos de colateral.
Esta expansión multichain es relevante porque abre el restaking a ecosistemas más allá de Ethereum. Asimismo, reduce la dependencia exclusiva del ETH como activo de confianza y genera nuevas dinámicas de mercado, como la diversificación de colateral y la delegación de validadores entre cadenas.
El diseño del protocolo Symbiotic incorpora módulos de slashing, incentivos de delegación y compatibilidad AVS, en línea con EigenLayer, pero con mayor flexibilidad para desplegarse de forma agnóstica en distintas cadenas. Es compatible tanto con AVS con permisos como seleccionados, lo que facilita a los desarrolladores crear middleware o capas de infraestructura sobre una base común de seguridad.
La proliferación de protocolos de restaking multichain apunta a que el modelo de LRT evolucionará hacia una categoría más amplia de tokens líquidos de seguridad (LST en este nuevo contexto), sentando las bases de una capa de confianza universal para la Web3.